Para Edgar
Sales de casa como pata de perro
Todos hablan de los perros
y no los piensan realmente.
Miones, sarnosos, callejeros,
se nos meten
real real real mente
en la cabeza,
sin significar nada.
Sus ojos pedigüeños, grandotes de éxtasis,
engañan a cualquiera
que en extrema realidad
ya sólo quiere mentar madres.
Cada vez
que escribes del perro callejero, come-restos come-basura,
eres el perro domesticado, bien educado.
-Es la envidia de que se la pasen de pelos, de huevones,
por igual en el desmadre de la calle que en la comodidad de la mansión.
Los perros nos quieren.
Y todos,
hasta ellos,
nos quejamos.
Friday, December 08, 2006
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