Thursday, November 09, 2006

Suerte de Santos

Llevo dos años sin decirle nada a nadie desde que descubrí que respiramos entre palabras. Ahora hablo solo.

Una vez el padre Amaro y yo hicimos una apuesta sobre quién podía hablar más a Dios y acabamos eternamente, sagradamente, respondiendo con preguntas a preguntas, y a preguntas con preguntas.

La joven le pregunta siempre a Dios “¿Qué debo hacer?” generalmente éste responde: no comas, o luego, no cojas, o luego, no fumes. También le dice coge o mata. Ella y él han llegado a un acuerdo: ella le pregunta, no le hace caso, pero lo escucha.

2 comments:

Caiguar said...

Socrates dijo una vez, que lo importante no es la respuesta, es la pregunta.

javoludlow said...

¿la respuesta está en la pregunta?
la respuesta está en la pregunta

 
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